Si de algo estoy seguro es de que las palabras llegan más rápido al corazón que las balas. Esto lo compruebo cada que asisto a una conferencia, mesa de debate o, sencillamente, cuando llega un invitado al salón de clases.
Letrario (tomado de una idea de mi amiga Teresa) es un espacio para demostrar que una maravillosa forma de retratar el mundo es a través de las palabras.
Los textos aquí presentados procuran unir lo periodístico con lo literario, algo que en nuestro país se ha ido perdiendo en el periodismo día a día.
Espero, en verdad, que les agrade lo que escribo, porque es de un anhelado puño y letra de periodista.

Atentamente:
José Arturo García.

29 de noviembre de 2010

Un maestro de maestros


La vida es efímera. Uno puede estar celebrando hoy por la noche y mañana podemos estar entre la blancura del paraíso. Por ello, este espacio lo dedicaré para recodar a un excelente profesor de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales. Su nombre: Juan Pablo Córdoba Elías.
       Llegué a la facultad hace algunos años. En la lista de maestros estaba el nombre de Juan Pablo, hasta entonces desconocido para mí. Pero todo cambió con la primera clase. Hombre alto, de tez entre blanca y rojiza, asombraba a los alumnos del grupo 0006  (que más tarde sabriamos, fue el único grupo de Ciencias de la Comunicación de primer semestre al que impartió clases).
       Con la fuerza en su voz y conocimiento con agregados de buen humor en sus palabras comenzó, esa mañana, a marcar la vida de jóvenes universitarios. Y no sólo fue en la materia de Estado, sistema y poder político, también en Opinión pública y propaganda política dos años después.
       Junto a él, hombre de importante vida profesional, estudiamos a Elías Canetti, Nicolás Maquiavelo, Thomas Hobbes, Jean-Jacques Rousseau, Max Weber,  John Lucke y, su preferido, Jean Baudrillard (sobre quien publicó un libro).
       Pero lo más sorprende fueron las cosas que nos mencionó, las que venían de dentro: "Un hombre con poder habla bajo porque él es el centro; un hombre sin poder grita para que le pongan atención"; "Nunca pregunten para cuándo, hágano ya"; "El tiempo es el bien más preciado"; "La diferencia entre ser científico social y no, está en dominar los términos"; "No intenten ser diferentes a como son"; "Eduquen su ojo para ver mucho más allá de los que les presentan" y "Si no te apasionas estás jodido en esta vida".
       Sin embargo, después de la dolorosa noticia, algunos amigos recordamos lo que nos dijo alguna vez: "No lloras por esa persona que se va, sino porque ya no te va a dar eso que te daba"; en el caso de Juan Pablo, se van palabras de aprendizaje.


Juan Pablo Córdoba nos enseñó a vivir la vida universitaria, nos corregía la postura durante las exposiciones, el habla, la forma de vestir... Nos preparó y motivó para lograr realizar una revista universitaria en donde invitó a Miguel Badillo.
       Las palabras siempre sobrarán en momentos como este, donde uno no puede creer cómo es posible que grandes personas se fueran en forma repentina de un mundo donde hacen falta profesores como él.

Descanse en paz Juan Pablo Córdoba Elías

*Les dejo una grabación que encontré. Quizá no es bueno el audio pero seguramente tendrán gratos recuerdos. La conferencia fue en el 2008 durante el Seminario Permanente de Análisis Político.

7 comentarios:

  1. Es lamentable el deceso de un Profesor tan entrañable, además de doloroso e inesperado, debido a la juventud de Juan Pablo. Creo que marcó la vida de muchos de mis compañeros, incluida la mía, por supuesto. En mi vida cotidiana, de pronto resuenan algunas de sus frases en mi cabeza. "Nunca digan que son ateos. Todos los mexicanos somos guadalupanos", entre muchas otras. Estoy triste porque a pesar de haber sido el operador del Director Correa, tenía mucho qué enseñar.

    Por cierto, ¿dónde pudiste ver la esquela de pésame?

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  2. Carajo! Tan buen maestro! Se le extrañará! Tan buen maestro que me quedé con ganas de repetir su materia y verlo envejer...

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  3. José Arturo,
    No nos conocemos pero tengo que darte las gracias por esta nota. Yo conocí a Juan Pablo cuando eramos niños. Crecimos juntos un ratito y luego, por circunstancias de la vida, lo dejé de ver. Hoy me entero de su muerte y me entristece que no haya habido oportunidad de volver a verlo y conocer al Juan Pablo ya adulto.
    En fin, que no sólo me encuentro con tu pequeño homenaje a mi amigo de infancia, sino que me regalas escucharlo! Sentirlo en su ausencia. Gracias. Un gran regalo saber que dejó huella y ¡qué buena huella!
    Saludos y mucho éxito!

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  4. José Arturo. Yo también fui estudiante de Juan Pablo. Te agradezco enormemente la nota. Confío en que nunca se nos olvidarán sus enseñanzas.

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  5. La noticia me cae inesperadamente y me cuesta trabajo creerlo. Juan Pablo, un ser tan inteligente y dedicado a su tarea no hizo mas que aportar a nuestro desarrollo intelectual, cultural, profesional. A mi me dejó mucho como persona y no lo olvidaré. Una gran perdida.
    Nunca dejó de asombrarme, hasta en este último momento.
    En paz descanse.

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  6. José Arturo. Nuestra pequeña y yo te agradecemos muchisimo esta nota sobre mi Juan Pablo, un ser humano maravilloso. Me llena de orgullo ver que dejo huella en quienes tuvieron la oportunidad de conocerlo y tomar clase con él... Duele su ausencia, escucharlo es simplemente maravilloso. Gracias

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  7. De nada, Laura. En verdad el profe Juan Pablo fue el primer gran maestro que tuve en la facultad. Y muchos de quienes estuvimos con él apreciamos todo lo que nos enseñó: para aprender de política, pero sobre todo de la vida.
    Siempre harán falta maestros como él.

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