Si de algo estoy seguro es de que las palabras llegan más rápido al corazón que las balas. Esto lo compruebo cada que asisto a una conferencia, mesa de debate o, sencillamente, cuando llega un invitado al salón de clases.
Letrario (tomado de una idea de mi amiga Teresa) es un espacio para demostrar que una maravillosa forma de retratar el mundo es a través de las palabras.
Los textos aquí presentados procuran unir lo periodístico con lo literario, algo que en nuestro país se ha ido perdiendo en el periodismo día a día.
Espero, en verdad, que les agrade lo que escribo, porque es de un anhelado puño y letra de periodista.

Atentamente:
José Arturo García.

18 de diciembre de 2010

Efímero

Y porque nada en el mundo,
nunca, nada, es tan caluroso,
tan amoroso como tus besos.
Esos labios que besan
como olas tranquilas 
o mareas desatadas,
o brizna que aterriza en mis labios
mientras mis manos
recorren tus manos,
tus brazos,
tu corazón
(el cual, creo, también es mio),
cuando me dices que me quieres,
cuando te digo que te quiero.
Y lo que deseo en esos momentos
es estrecharnos de la mano,
caminar juntos,
caminar por siempre,
sin dolor, sin temor
y con amor.

15 de diciembre de 2010

La Navidad en sonidos de la Orquesta Sinfónica de Minería

Together. 18.

La fuerza en las voces, los altos y bajos de los instrumentos, el calor humano… todo se conjunto la noche del pasado domingo para escuchar el Concierto de Navidad que ofreció la Orquesta Sinfónica de Minería.
      El repertorio prometía una noche majestuosa, llena de vivos recuerdos a través de canciones de navidad. Y así fue. Poco después de las 18 horas el Auditorio Nacional fue testigo, junto con sus cerca de diez mil asistentes, del programa que estuvo bajo la dirección de León Spierer.
      Familias enteras llegaban, niños de la mano de sus padres y parejas entre brazos arribaban poco a poco mientras el frío azotaba en la ciudad de México cuando el sol se escondía. Una vez dentro la magia iniciaba: melodías de Leroy Anderson (Festival de Navidad) y Katherine K. Davis (El niño del tambor) inauguraban la noche.
      Para agregar más espíritu navideño a las canciones se contó con la presencia del Coro Convivium Musicum, Coro Pro-Música y Coral Ars lovialis. Con ellos se logró recitar melodías como Adeste Fideles (John Francis Wade), Noche de Paz (Franz Xaver Gruber), Aleluya (George Frideric Handel), entre otras.
      El concierto tuvo varios clímax. Uno de ellos se dio antes del descanso de la orquesta cuando interpretaron la Suite de El Cascanueces, de Pyotr Ilyich Tchaikovsky, donde se escuchó “Obertura miniatura”, en seguida “Danza Rusa” y al final “Vals de las flores”.
      Después del intermedio se contó con la presencia del tenor Víctor Luna quien interpretó, al unísono de las voces, Cantique de Noël, y con ello lágrimas de algunas personas. Fue despedida su colaboración con el estruendo de las palmas.
      Y durante las primeras canciones el director hizo referencia sobre la tradición que México posee de las posadas, con ello invitó al público a cantar alternando voces con el coro, a lo que dijo: “Si me permiten, les voy a dar la entrada”. El público aceptó y la interacción público-orquesta / orquesta-público inició: “Hoooooooy pido posaaaada…”
      La noche fue navideña y trajo consigo los abrigos que proveían de mayor calor. Al final, un público feliz que decía: “que gran repertorio el de esta noche”, “me encantaron todas las canciones”, “es de lo mejor que he escuchado”.
     
De esta manera se dio una calurosa y musical bienvenida a la Navidad.





Para más información sobre la orquesta visiten: http://www.sinfonicademineria.org/

7 de diciembre de 2010

Recordando a Monsi


Foto: Google
En estos días, como desde hace casi medio año, se recuerda al escritor Carlos Monsiváis.
Con este texto quiero agregarme a los recuerdos que nacen con el tiempo.

Todo inicio un 24 de junio en los interiores del Claustro de Sor Juana, en la ciudad de México. El anuncio señalaba un concierto por parte del flautista Horacio Franco. Con cuarenta minutos de retraso, todo iniciaba.
      "Dedico este concierto, evidentemente a la memoria de Carlos Monsiváis, pero más que a la memoria de Carlos Monsiváis, a la todo lo que él dejó, a todo lo que él representó para cada uno de nosotros, los ciudadanos", fueron las primeras palabras del músico después de abrir con una de "las fantasías" de Georg Philipp Telemann.
      Franco no necesita más que un micrófono, un banquillo y sus diversos modelos de flautas para producir magia sonora. Tomaba uno y depués otro instrumento para la siguiente interpretación mientras los cerca de 200 asistentes admiraban los sonidos provenientes de las fantasías.
      Entre melodía y melodía seguían la palabras en honor a su amigo cronista. "(En el primer homenaje) dije, ¿por qué no está aquí una bandera (gay)? Tenemos que ponerle a Carlos una bandera de la comunidad que enarboló y de la cual nunca quiso pertenecer publicamente... y sin embargo, tuve que hacerlo (poner una bandera) por una razón: porque Carlos nunca negó que fuera pero nunca salió del clóset".
      Las declaraciones continuaban entre la oscuridad del auditorio: "Carlos siempre defendió los derechos de nosotros, por eso me sentí con toda la obligación moral y el derecho de poner una bandera gay sobre su féretro.... y él propició que mucha parte de la sociedad mexicana saliera del clóset... y sobre todo, la sociedad de México hemos salido de una clóset que se llama represión".

La fantasía  número seis del compositor alemán estaba en progreso. Sonidos altos y bajos resonaban entre las cuatro paredes. El silencio de respeto a la música permitía imaginar un mundo a partir de los sonidos.
      Aplausos y la charla continuaba: "Él (Monsiváis) fue el primero que me instó a grabar danzón... y con la grabación del disco yo no me imaginaba que un intelectual como Monsiváis fuera a ser tan tímido, tan inseguro... y a mí cómo me asombraba escuchar sus discursos, cómo era tan inteligente, cómo hilaba tan bien las palabras... sobre todo era una persona totalmente congruente con lo que escribía y cómo lo decía".


Las palabras siguieron su hasta el final. Así, Horacio Franco abría un nuevo tema: "Quisiera hacer una reflexión sobre la comunidad LGBT en México, que no es otra cosa que un reflejo de esta sociedad mexicana tan dividida, tan separatista, tan individualista en muchos sentidos pero tan humana en otros... por eso luego nos avergozamos cuando nos salen con tanta corrupción, con tanta violencia injustificada... Pero por otro lado estamos orgullosos porque nos ha dado todo..."
      Su reflexiones reabrian las heridas de los "charros sindicales", sobre la marginación en otros paíse como Cuba o Guatemala. Dijo que "México es una país que odias y que amas", y enfatizó que "el peor defecto de este país es la repartición inequitativa de la riqueza (...) donde los ricos tienen todo y a los pobres nos costó muchísimo trabajo llegar hasta donde llegamos".


Quiero cerrar este texto a partir de otro muy bueno que se publicó en estos tiempos donde los conflictos continúan, así lo retrata el último párrafo de Elena Poniatowska:
      "Ante esta situación dramática, basada en declaraciones que no se han comprobado, quiero hacer mi solidaridad con la revista Proceso y con su reportero Ricardo Ravelo y me pregunto qué habría dicho nuestro indispensable Carlos Monsiváis que en estos días hace más falta que nunca (texto titulado "¿Qué diría Monsiváis?" publicado en la revista Proceso 1779)".


ADVERTENCIA: Justo como en los audios anteriores, en éste tampoco hay imágenes.
Creo que es mejor imaginar un poco más en estos momentos de
crisis (en todos los sentidos de la palabra crisis).